Ese día decidió caminar un poco más de la cuenta
así que contra su lógico y flojo pensamiento se bajó unas cuadras antes de su paradero de siempre
Se dio cuenta de todas las cosas que se dejan pasar cuando uno no esta observando verdadera y perspicazmente
Notó los cambios en el color del pavimento, notó las distintas texturas que este poseía a medida que iba avanzando por las calles, notó también la cantidad enorme de gente que anda de la mano, los que andan en bicicleta, los que caminan sin mirar...
Notó cuanto le gustaba ser el observador en primera fila de esta extraña pelicula a la cual algunos les gusta llamar REALIDAD
Notó que ella los veía a todos, pero que tristemente (a la vez feliz) nadie la veía a ella
Sintió que podría quizá parar el tiempo y analizar con mas detalle eso que tanto le asombraba no haber visto, quizo jugar a eso, pero el continuo no se lo permitió
Aunque en el fondo se sintiera como en un estado de tiempo 0, sin que pasara siquiera un segundo
Sintió que estaba ahí
parada frente a ese mundo que ahora le parecía tan absurdo, innecesario, casi inexistente, frágil como las alas de los insectos o los cogotes de las palomas o los pequeños cráneos de los conejos blancos que corren adorablemente por algún lugar verde de la vida
Siguió caminando, con los ojos tan abiertos que ya no podía entrar más luz através de sus dilatadas pupilas
Que mundo, que vida, que gente!
Por un momento se dio cuenta de lo que era la vida
supo que tan perfecto es todo
y se sintió agradecida por saber tan preciado secreto
quiso agradecerle a la tierra
Quiso contactarla
Así que se quitó toda la ropa que traía puesta y comenzó a caminar desnuda, descalza, deshinibida y desvergonzada por los caminos que se le presentaban
Sintió el tibio cemento en la planta de sus pies, se quedó parada ahí hasta que le empezaron a doler, pero lo sintió tan dulce que no le importó
sintió la tierra fría y seca, deliciosa
sentía que lo entendía todo, pero a la vez nada
sintió el enorme deseo de subir hasta el cielo a tocar el sol
no le importaba quemarse en su agobiante calor
ya no le tenía miedo a nada
sólo quería sentir