sábado, 6 de abril de 2013

Cómo termina esta historia

Todo cae por su propio peso, dicen... y yo no sé cuánto es lo que tú y yo pesamos juntos ¿Unos 120 kilos quizá? probablemente el impacto será extremadamente doloroso cuando nos caigamos al piso.

Aun recuerdo cuando me dijiste que un día ibas a poner pétalos de flores sobre tu cama para mí. Nunca supe si estabas hablando en serio o sólo bromeando. Recuerdo que me dijiste que quizá me enamoraba...
                    ... yo me quedé pensando unos segundos y te pregunté:

-¿De ti?

Y tú me respondiste: "No, de las flores sobre la cama".

lunes, 25 de marzo de 2013

Desde el odio todo parece tan claro. Desde la rabia que siento en este minuto... pareciera que todo lo que yo pensaba se volvió realidad.
¿Donde estarás ahora? Me gustaría que tu te preguntaras lo mismo... me gustaría que pudiésemos estar en la misma sintonía, el mismo canal... pero pareciera ser que ESO  es imposible.
Me vuelvo lánguida y estoy cansada, ya me duele la cabeza de tanto pensar en ti.
Y de todas maneras sigo esperando que vengas a verme, y yo verte y ojalá vernos, aunque sea un momento.
Ahora miro hacia atrás y miro ahora, y siento que lo único que ha avanzado en nuestra relación son los problemas. Yo ya no te conozco y tu ya no me conoces, nos perdimos en un momento el uno del otro y no hemos vuelto a encontrarnos y no sé, amor, créeme que no sé siquiera como comenzar a buscarte.
A veces extiendo mi mano a ver si tú la tomas, a veces tu extiendes tu mano, pero me parece tan fría que me da miedo tocarla y sentirla como un reptil entre mis dedos y soltarla de súbito y que tú veas esto como un acto de desprecio.
A veces amor, mis labios quisieran sentir los tuyos, pero no se encuentran nuevamente, al igual que tu y yo. Y ya ninguna parte de nosotros se encuentra, por que nosotros mismos somos esas partes y no nos encontramos.
Si lo que buscas es perderme amor, ya casi lo logras, así que sigue intentando un poco más.

domingo, 10 de marzo de 2013

Ya no sé

Cuando miraba por la ventana húmeda, podía vislumbrar un poco de sol a través de las nubes que ya se desvanecían en el cielo. Necesitaba sentir la tibieza del sol, y sobre todo dejar de sentir la humedad y el frío que durante toda la mañana habían invadido mi mundo.
Mirando a través de esta ventana, quizá por la misma luz, mi pensamiento empezó a parecerme más claro, y lo único que pude concluir fue que en verdad ni yo entendía bien lo que quería o lo que sentía ni nada.
Me senti desarmada en pedazos, y sin ganas de componerme...
El momento en el que deje de verte me pareció tan aliviador, pero ahora que han pasado unos minutos desearía que no te hubieras ido tan pronto y me siento como una niña pequeña y caprichosa.
La verdad es que ya no sé lo que quiero, ni lo que tú quieres ni lo que nosotros queremos, quizá nadie quiera nada ni nadie espera nada de ti o de mí. Quizá sólo mi madre espera que esta vez sí llegue a casa, pero en verdad en estos momentos sólo deseo volverte a ver.

domingo, 10 de febrero de 2013

Lo que siento es una PORQUERIA

La última vez que hablamos me quedé con la sensación de que todo estaba bien, que todo iba a estar bien.
Pero mientras pasan los minutos he comenzado a desesperarme y empiezo a fruncir el entrecejo, comienza a dolerme la cabeza y a apretarse mi pecho.
Tengo la sensación de que las cosas ya no son como antes, que por mucho que tú intentes convencerme de que sigues sintiendo lo mismo por mí, yo no siento que así sea... pero de no ser así ¿porque insistirías en decirme que si lo es, si es que tú realmente no lo sientes?
mi pensamiento se ha vuelto circunvoluto, y se enrolla sobre si mismo como una culebra, o peor aun: como un gusano. Las ideas se depositan una sobre otra y ya ni siquiera puedo seguirlas en su continuidad, pero para eso antes estabas tú, para desenrollarme, deshacerme y rearmarme.
Ahora te siento incapaz de todo eso, por que cada vez que hablamos me siento mas enroscada y más culebra, y quiero comprimirme hasta desaparecer.
Si tu al menos eres sincero en decir que sientes aun lo mismo por mí, yo debo serlo de igual manera, me refiero a lo sincera, porque la verdad es que yo ya no siento lo mismo por ti.
Se me acabaron las ganas de verte, de escucharte y de sentirte, se me acabó la paciencia.
Eres como un niño pequeño al que hay que prestar demasiada atención y yo no quiero ser la madre de nadie.
Quizá no seas tú el que cambió, si no yo, que me puse más fría y me fue escondiendo, invaginando cada uno de mis pensamientos, hasta que todos se volvieron pliegues en mi cabeza y yo me fui quedando dentro de esa cómoda construcción.
Ahora no puedo volver a lo de antes, ya no puedo volver a la realidad.
La verdad es que me he enfriado, y no creo, amor, que puedas volver a encender lo que alguna vez senti o pude haber llegado a sentir por ti. Lo siento, pero es demasiado tarde.