¿Prefieres ir a fumarte ese cigarro que quedarte aquí conmigo?No hubo necesidad de que él respondiera mi pregunta. en principio por que me sentí demasiado tonta para articularla...
Simplemente esperé que con mi mirada desaprobativa él entendiera que no quería que se fuera, aunque fuesen cinco minutos.
La soledad me torturaba y no soportaba la idea de ser cambiada por un cigarro... Un maldito cigarro
Y la idea se introdujo en mi cabeza y como una sanguijuela succionó mi paz (la poca que me quedaba para ese entonces) y se instaló en el lóbulo frontal de mi cerebro y me torturó durante los 5 largos minutos que el se fumaba ese cigarro en la terraza.
Me quedé tirada como una muñeca de trapo, sin mi voluntad... miré por 5 minutos el largo pasillo al que daba la puerta de su habitación, odiaba la idea de verme desnuda y abandonada en la cama de un extraño, quise vestirme, pero mi ropa estaba demasiado lejos o quizá ya ni siquiera estaba.
Él volvió y no dijo nada. Se sentó frente a su computador mientras yo quedaba doblemente empelotada.
¡Puta que rabia!