aveces siento todo tan dulce que me pica la lengua, como si miles de hormigas estuvieran moviendo sus patitas sobre ella. Aveces eres amargo como el café, aunque me encanta su sabor y su temperatura en un día de lluvia, es imposible no sentir ese dejo de sinsabor que se queda bien atrás, ahí donde nace tu lengua y se junta con las amígdalas. Tantos sabores que recuerdo, tantas sinestesias vividas contigo y los olores y sabores de mi vida, eres como una foto vieja guardada en un cajón al fondo de mi habitación, un cajón al cual llegan todos los caminos de mi mente. Me encantaría que fueras un alfajor...
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