Mientras paseaba esa tarde por la plaza
notó que a las 5 de la tarde los rayos del sol
sólo alcanzan los últimos pisos de los edificios
y las copas de los árboles más altos
Vio como las hojas se hundían en ese baño
de luz tibia y amarillo cálido
Vio como las aves desesperadas buscaban
las ramas más altas
Sin darse cuenta
se vio como una más de ellas
Pensó que lindo sería vivir junto a él ahí
donde llegan los tardíos rayos de sol
amanacer con la salida del astro
y dormise con la puesta de éste
Desnudos sólo cubiertos con las hojas lustrosas
Pensó en lo lindas que ser verían sus pieles bajo
esa intensidad lumínica
formando esa especie de yin yang
que ella encontraba tan divertido
Luego se dio cuenta que nada sería tan perfecto
pues el sol quema
y no podrían vivir mucho tiempo ahí
pasado un rato buscarían con ansias
alguna sombra que los cobijara
de la incesante luz
y los días de lluvia quedarían expuestos
a la marejada de gotitas odiosas
Se dio cuenta que odiaba la sombra y la oscuridad,
pero también el calor y la luz.
Al fin supo que nunca estaría contenta con algo
y que nada es perfecto
Pero su sueño por corto que fuera
le dio por un breve momento la sensación de la felicidad