viernes, 29 de mayo de 2009

de lagrimas y orgasmos


La verdad es que ella nunca entendio el porqué...

Era quizá la insuficiencia o quizá el amor

el que la hacía llorar cada vez que el estallaba dentro de ella

en unos pocos segundos el decía te amo, entraba... golpeaba, DOLOR... sus ojos sonreían al encontrarse con ella.

La miraba, de arriba a abajo, miraba su entrepierna y miraba su pecho

la miraba entera

luego ya no...

quizá por el pecado

quizá porque estaba demasiado concentrado en lo suyo para volverle a prestar atención


Se iba a un lugar mejor (quizá distinto), pero ella seguía ahí

en la misma cama

en la misma posición

con la misma mirada

conteniéndolo entre sus muslos


Se preguntaba donde estaría él

trataba de buscarlo con los ojos, de encontrarle la mirada perdida y traerlo de vuelta donde ella estaba o si era posible que él la llevara consigo hacia ese lugar que le hacía perder la mirada, acelerar la respiración y apretarla como si quisiera asfixiarla


La mayoría de las veces el proceso era rápido

o al menos eso le parecía a ella

Luego del te amo, la mirada de arriba a abajo, la entrada, la golpeada, la contención, él comenzaba a moverse con frenesí entre sus piernas, dando golpes cada vez mas certeros

cada vez menos amable, cada vez más sincero y animal


Acto seguido... el orgasmo de él

las lágrimas de ella


El no entendimiento... la decepción de un hombre que no puede satisfacer a una mujer

jajaja

Satisfacer?

no, creo que el nunca pudo hacerlo...

pues su autosatisfacción llegaba primero

quizá nisiquiera habría necesitado de ella para lograrlo


simplemente un canal apretado

tibio

húmedo


Ella nunca entendió eso de la autosatisfacción

sentía que la autosatisfacción de él le robaba orgasmos que le pertenecían

Ella intentaba su autosatifacción, pero lo único que veía era la cara de él y su cuerpo entero sobre ella, intentando darle el placer que ella misma quería otorgarse

y el dolor

el dolor.... y las lágrimas nuevamente

Un clímax lleno de sufrimiento

el sufrimiento de una marca que nunca sale

del sello que dejo él impreso en su piel

De la forma de mirarla, tocarla, besarla... siempre con ternura egoista

Y cada vez que intenta

aparece él

y sus ojos claros

llenos de admiración

con ganas de ser UNO nuevamente con ella


con desesperación por volver a entrar

y ser tan pequeño para caber en su seno

y vivir ahí por siempre


Y ella enreda sus piernas en ya no él sino su recuerdo, trayendo su cintura mas cerca de la de ella

Mirando sus ojos claros para perderse en él

Apretándolo contra su seno a ver si aun cabe en él.













2 comentarios:

Frida dijo...

al parecer un lamento mancomunado, un quejido que se hereda de triangulo de isoceles en triangulo de isoceles.Una suerte de espacio que nos une a todas en la desunión del amor.

Podría escribir un millón de poemas al respecto. La sensación, lamentablemente, a veces se me hace demasiado conocida.

HelenAmaranta dijo...

Huele conocido, pero ya te lo dije